Actitudes y eficacia social

El patrón básico de las actitudes PENSAR-SENTIR-HACER me sedujo fuertemente desde que lo conocí por primera vez en la Universidad Ponticia Comillas, siendo estudiante de Trabajo Social, en una asignatura de Psicología. Tanto que fue el hilo conductor de mi tesis doctoral años más tarde, cuyo objetivo era precisamente “educar actitudes prosociales”.

Desde entonces he facilitado este esquema en multitud de acciones formativas y siempre ha aclarado muy bien las ideas y la mente de los y las participantes, porque en realidad se reconocen en muchos marcos actitudinales de los que no eran conscientes, y eso ayuda mucho.

El objetivo de esta dinámica es comprender bien el concepto de actitud, con el n de poder analizar mejor nuestros comportamientos habituales desde la coherencia PENSAR - SENTIR - HACER. Caer en la cuenta de este patrón inconsciente nos aportará mayor eficacia en nuestros objetivos interpersonales de todo tipo, así como la posibilidad de detectar mejor nuestras disonancias internas entre lo que pensamos (cogniciones), lo que sentimos (emociones) y lo que hacemos (comportamientos).

La dinámica consiste en repartir las tarjetas de forma aleatoria entre todo el grupo - equipo y proponerles que deben agruparlas de tres en tres y secuenciarlas de forma lógica. Lo normal es que lo hagan bien y no les cueste mucho, y eso es así porque los tres componentes de toda actitud están secuenciados bajo la lógica PENSAR - SENTIR - HACER. Además, de cada una de las actitudes hay dos versiones: una positiva y otra negativa. Esto les ayudará a descubrir también que las actitudes tienen un signo + o - y que por tanto no existen actitudes neutras: o estamos a favor o estamos en contra del objeto de actitud en cuestión.